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Juez liberó a integrante de la O.C. ‘La Gran Alianza’ pese a pruebas incriminatorias

El juez del Juzgado Mixto de Parcoy, Carlos Darwin Garrido Rodríguez, otorgó libertad con comparecencia restringida a Juan Manuel Blas Lezama. “Impóngase como caución económica de 50 mil soles”, reza la resolución judicial.

La hora infeliz de los patasinos: 21 de junio del 2024. Antes de las 5, la hora en que el sol empieza a besar su ocaso y se pierde tras esos cerros imponentes, sonó mi celular: “Le han dado libertad al ‘Juancho’. Te dije que todo estaba arreglado”, disparó el testigo protegido con voz agitada. Pero era solo eso: ‘su palabra’. Y yo creía en su versión, porque siempre que me brindó datos de ese malmorir en Pataz, en esta ciudad tan tuya, tan mía, tan nuestra y tan de nadie; con el tiempo podía corroborarlos. Pero como este escrito saldrá a navegar en las redes sociales y estará a disposición de todo profesional: un abogado defensor dirá: “Es un chisme de mercado”. Los jueces alegarán: “Si no hay elementos de convicción no sirve”. Por ello, el redactor de la nota, ha tenido acceso a la resolución judicial emitida por el juez del Juzgado Mixto de Parcoy, Carlos Darwin Garrido Rodríguez, y a partir del escrito muerto, hará una valoración objetiva.

Carlos Darwin Garrido Rodríguez, otorgó libertad con comparecencia restringida a Juan Manuel Blas Lezama, lugarteniente de la Organización criminal La Gran Alianza, liderada por su hermano Oliver Josué Blas Lezama

“Según postula fiscalía, se informa sobre la existencia de integrantes de la organización caminal, y se indica como presunto integrante al investigado Juan Manuel Blas Lezama alias ‘Juancho’, sosteniendo que dentro de la organización cumpliría la función de lugarteniente y que como tal se encargaría de la coordinación con los demás integrantes de la organización criminal, debido a la ausencia del líder asume el liderazgo en las actividades ilícitas. Haciendo un análisis integral de este elemento de convicción, no se tiene una base probatoria suficiente para determinar la existencia siquiera del delito de Organización Criminal”, especifica el juez.

A) En el teléfono de ‘Juancho’, se ha encontrado varios audios y conversaciones en el aplicativo WhatsApp que demuestran que él es el nexo estrecho entre el cabecilla, Josué Oliver Blas Lezama –famoso en los drenajes del hampa como ‘Gato Cote’–, y los integrantes de la organización criminal de la ‘La Gran Alianza’. “Es presidente de la comunidad, y lo quieren quitar”, detalla Erick Pataz, así lo tenía guardado entre sus contactos. Acto seguido, recibe una imagen fotográfica de vista satelital de los lugares Cochorco y Corrales, enclaustrados en la provincia de Sánchez Carrión. Juancho responde: “Ya hermano, le diré a mi hermano, a ver que dice”.

B) “Jefe buen día, le comento, necesito que venga Jorge para conversar Cómo van los documentos, pero que no sea por 5 minutos, al menos 30, porque aquí me he estado escueleando y hay varias formas de salir ya de la preventiva y matar el proceso de una sola vez. Por eso quisiera que le mande, por favor, para poder ir viendo qué se hará; también me puse en línea con el abogado de oficio y me dijo algo que ya mi viejita le comentará, espero estén marchando las cosas bien por allá”, se lee en una foto enviada desde el penal ‘El Milagro’.

Pruebas presentadas por el Ministerio Público no fueron aprobadas por Carlos Darwin Garrido Rodríguez

C) “Buenas tardes, señor. Deseo comunicarme con Ud., urgentemente, por favor, le agradecería me conteste, por favor, yo ya no puedo esperar más viendo a mi hijo en la cárcel, sé que él está pasando mal en esa celda, y le ha pasado cosas, aunque él no me ha dicho, me lo ha contado uno de ellos; al cual, le doy su propina, para que mantenga informada, yo también se cómo hacer llegar esas cosas, sin que se entere mi hijo, tuve que pagar 300 soles para que lo dejen dormir, y le dije al pata que le diga que le iba a deber y que luego arreglarían, pero fui yo quien pago, cuando mi hijo fue trasladado a la celda, luego sé que mi hijo le insistía al abogado para que pague, porque estaba con temor que le hicieran algo”. ‘Juancho’ suelta el paraguas para la madre afligida: “Señito, con calma. No se preocupe, sé que está desesperada usted, pero no se preocupe, nosotros vamos apoyar, también sé que él no tiene que estar ahí; sino que el juez dice que sí, lamentablemente, así sea el mejor abogado, seño, no podemos hacer nada, pero en la apelación, cuando cambien de juez, ya es otra cosa, no se preocupe, seño”

“Sobre la documentación presentada por la Empresa Inversiones Isabel Lubra E.I.R.L., donde se informa que razón por la que se encontró a Juan Manuel Blas Lezama, en posesión de muestras de mineral aurífero con el logotipo de su empresa, es porque fue la persona que entregó el respectivo cargamento, en mérito a la compra de mineral aurífero hecho a la empresa La Pampa Hermosa R&D EIRL (Gold & Silver I) cuya titular es la persona de Reyna Domínguez Enríquez. Estos documentos adjuntados, corroboran la tesis sostenida por la defensa técnica del investigado Juan Manuel Blas Lezama, en el sentido que este trabajaría para la empresa Isabel Lubra E.I.R.L., donde adjunto como elemento de convicción conversaciones de WhatsApp entre el Gerente General de Isabel Lubra, es decir el Sr. Oscar Cotrina”.

A) “Que, he visto la documentación administrativa con la que se cuenta, informamos a su despacho que ninguna de las personas indicadas en el oficio de referencia ha mantenido vínculo laboral o contractual con mi representada”, esto respondió la empresa Isabel Lubra E.I.R.L., cuando el fiscal envió todos los nombres y apellidos de los investigados por pertenecer a la ‘La Gran Alianza’. Pero parece que el magistrado de Pataz, no valoró esta prueba presentada por el Ministerio Público.

“La defensa ha adjuntado como elemento de convicción el número de teléfono que modularía el gerente general de la mencionada empresa y que al pasar por la aplicación trucarle arroja nombre Oscar Cotrina, presentando además fotografía donde se aprecia al investigado recibiendo canasta Navideña por parte del gerente de le empresa Isabel Lubra, por lo que la defensa acreditaría la labor que este investigado realiza en dicha empresa ; por lo que, con este elemento de convicción se descarta la posibilidad que el investigado Juan Manuel Blas Lezama esté vinculado con el delito de organización criminal”.

1) La empresa Lubra respondió que regala canastas de manera solidaria y cuando hacen entrega del regalo se toman foto para justificar su labor social. Y en ese contexto, puede ser que ‘Juancho’ se tomó una foto con el personal de la empresa. Y cuando le consultan por las conversaciones por WhatsApp, alega que eso no ha acredita que ‘Juancho’ trabaje para la empresa, el documento determinante sería un vínculo contractual, cosa que no existe. Y para zanjar este tema de debate subjetivo, voy a citar una valoración del juez Carlos Darwin Garrido Rodríguez, cuando fiscalía le presenta fotografías de ‘Juancho’ rodeado de varios criminales con antecedentes penales más largos que la cola de un gallo fino, el juez resuelve así, sin dejar espacio a la duda: “A partir de las tres fotografías donde presuntamente aparecería el investigado Juan Manuel Blas Lezama, por sí solas no evidencian hechos de connotación penal ni que el investigado esté involucrado con una organización criminal conforme. El solo hecho que el investigado Juan Manuel Blas Lezama aparezca en una fotografía junto a otras personas, no es razón suficiente para colegir su pertenencia a una organización criminal, por lo que, a partir de dichos indicios (fotografías) no es fácticamente posible concluir que el investigado sería integrante de una organización criminal”. Entonces, me pregunto, ¿por qué el juez no aplicó el mismo criterio para las fotos presentadas por la defensa? Algo raro, ¿no? Parafraseando al bate universal, nuestro cholo, César Vallejo. Jamás, señor Juez, fue la justicia. Nunca se buscó la justicia. Y, desgraciadamente, el crimen crece en el norte a cada rato. Crece a treinta minutos por segundo, cuando los juzgados emiten resoluciones contradictorias.

2) “Se debe señalar también que en el domicilio calle Francisco Solano N°313-Urb. San Andrés I etapa – Trujillo, no fue encontrado el investigado Juan Manuel Blas Lezama, y a quien encuentran es la persona de César Augusto Sánchez, de 42 años, y en dicho domicilio se encuentran las bolsas de Isabel Lubra, y otras bolsas de plástico; por lo que, no se evidencia ninguna vinculación del investigado Juan Manuel Blas Lezama en el delito de organización criminal”.

3) A ‘Juancho’ no lo encuentran en su domicilio, porque se estaba dando a la fuga en la madrugada. Se trepó al traga luz y se lanzó del octavo piso y cayó un piso menos de su cama calentita. ¿Cómo se enteró por el megaopertivo? Fácil, tenía un sistema de última generación de cámaras de seguridad conectado a su celular que sonaba violentamente, cuando alguien se acercaba en punta de pies a su vivienda. La policía envistió con furia la puerta y no caía, el torito policial retumbaba, dejaba un sonido seco en el material acerado. En eso, los gritos desesperados de una señora pusieron alerta a los investigadores de la División de Investigación de delitos de Alta Complejidad (Diviac). “¡Auxilio! ¡Auxilio! Un choro se ha metido a mi casa. ¡Auxilio! Un policía corrió a la puerta. “El delincuente se ha metido al cuarto de mi hijo. Ayuda. Sáquenlo de ahí, le puede hacer daño a mi niño”, señaló con el dedo índice la mujer despeinada. La policía respetuosa de los derechos humanos, se ciñó a la norma: “Policía, abre la puerta”. Movía la chapa y estaba trabada por dentro. La señora se percató que un efectivo policial cargaba el torito de metal. “Con eso golpe a la puerta”, solicitó. “Señora, esto va a romper la…”. No lo dejó terminar la palabra. Con el corazón acelerado, pidió que derrumben la casa. “No importa que destruyan la puerta. Háganlo rápido. No soporto un minuto más de imaginar a mi hijo adentro con ese delincuente”, pidió. Un solo golpe y las bisagras volaron por los aires. La policía observó a ‘Juancho’ haciendo esfuerzos inhumanos para trepar por el traga luz y dar su segundo salto a la fuga. Esos kilos demás en el estómago le jugaron en contra. Aquí, salta la pregunta ingobernable: ¿El juez habrá tenido en cuenta el peligro procesal con ‘Juancho’? La ley dice que se da la comparecencia restringida al investigado que demuestra que no se dará a la fuga. Requisito que ‘Juancho’ no cumple, si intentó darse a la fuga en el allanamiento domiciliario, ¿quién garantizará que no se dará a la fuga en los próximos días?

4) Y, César Augusto Sánchez, se quedó en la casa, porque era la seguridad personal de ‘Juancho’. Es un militar, tiene el rango de técnico tercero y pertenece al 32 Brigada. Así lo detalló el informe emitido por dicha institución del Estado.

La resolución emitida por el juez del Juzgado Mixto de Parcoy, Carlos Darwin Garrido Rodríguez, deja unas lagunas inmensas de dudas. Lo cierto es que ‘Juancho’ está gozando de su libertad. Y días antes que salga de la carceleta del Poder Judicial, un informante anunció que la familia estaba organizando un recibimiento a lo grande, con orquesta y banda de músicos. “Están seguros que se van a ir en libertad”, explicó. Ese día, en Trujillo, se bebió licor y se bailó hasta que los calambres invadan los pies. A unas 11 horas en bus y unas 9 horas en camioneta 4×4, según Google Maps, en la sierra, los patasinos mordían su frustración y decepción. “Tocará seguir dándole plata a esa organización criminal. ‘El Gato’ recibía medio millón de gringas (dólares), al mes”, narró un minero que pensó que la policía le había quitado de encima el yugo pesado que le exigía un porcentaje del oro extraído.

El caso de ‘La Gran Alianza’ tiene todos los ingredientes para un guion de película de suspenso. En plenas diligencias ejecutada por la fiscalía de crimen organizado y los investigadores de la Diviac, un abogado fue amenazado por criminales. “Ya te jodiste. ¿Quién, carajo, te mandó hacerlo declarar a tu patrocinado? Estás complicando las cosas, con…a”. El letrado leía los mensajes cargados de palabras de alto calibre, de esos que generan ruido a los puritanos, temblando.

Cuando estaba declarando un investigado y aceptaba que, a Josué Oliver Blas Lezama, le decían ‘Doc.’ en Pataz y con él coordinaba la entrega de explosivos. En los informes se leía en jerga delincuencial: “¿Hay chocolate todavía?” Sí. Chocolate es igual a masa de explosivo. En eso, ingresa a la sala de declaraciones, la esposa de ‘Juancho’. “Voy a cambiar de abogado para Juan Manuel Blas Lezama”. El investigador sin percatarse seguía tomando declaración y el detenido empezó trabar la mandíbula, todo lo que había aceptado, lo empezó a negar. Un policía voltea y se percata de la presencia de ‘Juancho’ y su esposa, ordena que lo saquen del recinto de San Andrés. A los minutos, el abogado empieza a recibir mensajes de WhatsApp por parte de un número desconocido donde empiezan a amenazar y a incriminarlo por qué estaba dejando que su patrocinado declare suelto de muelas y que se irá al piso (cementerio), porque está perjudicando a ‘Gato Cote’.

Ningún juzgado de Trujillo quiso aceptar el caso de ‘La Gran Alianza’. Un juez recibió el documento y después de una semana de análisis, respondió que de acuerdo a la jurisdicción no tenía competencia y que no podía autorizar el allanamiento de las viviendas.

El juez de La Corte Superior de Justicia de La Libertad Juzgado Mixto de Parcoy no es especialista en crimen organizado y ‘La Gran Alianza’ es su primer caso. Es un indicio del porque los criminales ven al norte del Perú como tierra fértil y eclosionan con violencia.